Asociaciones que llevan años persiguiendo objetivos se han visto superadas por colectivos que no participan pero que movilizan más apoyos puntuales
Apuntes para el debate
En estos días se ha comprobado que lo que parecía claro, en cuanto a representatividad ciudadana, está siendo puesta en cuestión por diferentes medios de comunicación y foros sociales y políticos.
Estas dudas se producen a partir de la participación ciudadana en los Presupuestos Participativos y de la representatividad de algunos colectivos.
A nadie asombra que cada vez es menos participativa la sociedad en general, hay que realizar un gran esfuerzo comunicativo y económico para que los ciudadanos expresen su parecer o participen en actos reivindicativos, electorales o sociales.
Los ciudadanos, en general, no realizan ningún esfuerzo si no lo consideran como necesidad primaria o acuciante.
Evidentemente que este artículo no tiene valor sociológico, pero después de estudiar los resultados de todos los distritos de Zaragoza (ofrecidos por el Ayuntamiento en su Web), y las propuestas aprobadas en los dos sistemas de votación (telemático y presencial), se pueden sacar algunas conclusiones.
En general, en estos Presupuestos Participativos las necesidades primarias han sido propuestas por AMPAS, sociedades deportivas o culturales, particulares…, y las necesidades a medio-largo plazo se han propuesto desde las asociaciones vecinales.
Puntualizar que es evidente que los nuevos barrios tienen deficiencias en materia educativa, que no corresponden a estos presupuestos, si no a los de la DGA, como son la construcción de nuevos centros escolares y no a la actuación de mantenimiento que deberían haberse llevado en los centros ya existentes, que son los que reflejan los barrios consolidados.
Destacar que las necesidades primarias también dependen según los barrios: consolidados o de nueva construcción.
En los barrios consolidados han proliferado las propuestas de mejoras en los centros públicos y/o alrededores, mejoras en movilidad, actuaciones urbanísticas en solares; en los barrios de nueva construcción sus necesidades primarias se han expresado, sobretodo, en actuaciones en parques, instalaciones deportivas y enlaces viarios.
¿Cómo y por qué han sido aprobadas las propuestas?
Primero aclarar que el primer proceso no facilita la votación a los que no manejan las TIC’s (tecnologías de la información y comunicación) que por desgracias suelen ser las personas de mayor edad y por ende han sido aprobadas aquellas propuestas que venían desde colectivos más jóvenes y habituados a utilizar las TIC’s, como son los padres/madres de alumnos y personas de centros deportivos.
En el segundo proceso (foros en las juntas de distrito), sin embargo, supone un esfuerzo al que no están acostumbrados los más jóvenes, hay que desplazarse un día y hora determinado a un espacio común (junta de distrito) y realizar las correspondientes defensas de sus propuestas con argumentos, predispuestos a ceder y seleccionar las que se consideren prioritarias para el colectivo.
Son dos conceptos diferentes y que deberían ser complementarios, en el primero la inmediatez para solventar una necesidad urgente que sufre un colectivo muy concreto y en el segundo la visión globalizada del barrio y sus necesidades a medio-largo plazo.
Se han leído opiniones que, entre líneas, deslegitimaban a las asociaciones vecinales, como paquidermos anquilosados que no son capaces de determinar las necesidades de los ciudadanos y de movilizarlos para que estas se aprueben. Estas opiniones habría que considerarlas, como poco, interesadas. Es verdad que las AA.VV. son constantes, hasta cansinas, en sus reivindicaciones y estas actitudes les incomodan a la clase política, porque son como su “pepito grillo” en cada pleno o junta municipal. No es el momento de recordar los diferentes estudios que se realizan desde las AA.VV. , que son elementos de análisis por políticos, medios de comunicación, Universidad…
Por eso habría que apostar por sumar todas las asociaciones y entidades que trabajan por el barrio. Todos los colectivos ejercen la representatividad de los ciudadanos. Son colectivos complementarios que se necesitan ambos para conseguir que la ciudad, por tanto los barrios, sean más humanos y mejores.